La mayoría de los niños en algún momento de su infancia se rompen huesos. Algunas fracturas son tan grandes que el doctor tiene que volver a romper el hueso o terminar la fractura para que el hueso pueda ser fijado correctamente. Esto significa que el paciente deberá sentir la fractura dos veces. Tendrá que pagar el precio dos veces, para que su cuerpo pueda continuar creciendo saludablemente.

Todo tiene un costo y requiere algo de regreso. La gente, en el versículo anterior, había gastado mucho dinero en libros de conjuros. Esto les costo. Y ahora, mientras queman sus libros, cuentan ese costo de nuevo. Para algunos, estoy seguro que fue doloroso y difícil el pensar en botar toda esa “inversión”. A la final, ellos vieron que habían invertido en el bien equivocado y estaban dispuestos a tomar la pérdida.

Para alguna gente, la inversión ha sido en cosas o sustancias. Pastillas, porno, cirugías; los estilos de vida requieren de inversión. Mientras más tiempo, energía y dinero es invertido, más cuesta dejar ir esas cosas. Otra gente invierte en relaciones, amistades o encuentros sexuales, y no pueden ni imaginarse el botar esa inversión. El problema es que esas cosas continúan requiriendo más y más sin nunca dar nada a cambio.

Pronto, sentirás tu consciencia, o la voz de Dios, llamarte a abandonar esa cosa o relación. El puede que te pida que hagas algo por tu propio bien, sin embargo, duele. La idea de perder esa cosa o persona y la inversión que pusiste en eso, probablemente se sienta como el volver a romper un hueso ya fracturado.

Hoy, has estado “pagando” por algo por mucho tiempo? Qué inversiones en tu vida han tomado su curso y necesitan ser abandonadas? Si Dios te está llamando a seguir adelante sin esta cosa, entonces no dudes de Su plan para ti. Considera el gran costo que ya has pagado, considera la pérdida de lo que tienes que dejar ir como algo que vale la pena, y considera el precio que Dios ya ha pagado, para que tu puedas ser saludable. Es hora de deshacerse de algunas cosas.

 

“Varios de ellos, que practicaban la hechicería, trajeron sus libros de conjuros y los quemaron en una hoguera pública. El valor total de los libros fue de cincuenta mil monedas de plata.”

Hechos 19.19

 

Robert & Rebecca Vander Meer

La Arboleda