“La porción que hoy recibo del Señor es una muestra que me asegura que todo lo que recibo  viene de la mano del Señor, si es dulce o amargo, frío o caliente, agradable o desagradable, todo eso viene para el cumplimiento de sus propósitos eternos en mi vida.  Yo no puedo perder lo que él me ha prometido.  Ni un solo átomo me será negado.  La porción de Dios para mi vida está cuidadosamente medida y guardada por Dios y nadie me la podrá quitar”. Serafín Contreras G.
I Corintios 16:18