Se cuenta que en los años 20 cuando un sabio era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.

Después de varios días de viaje, El Sabio le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.

“Si quiere”, le dijo el chofer, “le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.”

El Sabio le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y el Sabio se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebran la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a este erudito, no se descubrió el engaño.

El chofer expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces al su amo. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contesto:

“La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda”.

Una cosa es inteligencia y otra es sabiduría. Una cosa es astucia, lo cual sin duda tenía este chofer y otra es la Sabiduría. La verdadera Sabiduría, solo viene de Dios, y comienza cuando le reconocemos como el Señor de todas las áreas de nuestra vida. Ya lo hiciste tu Señor?

Exodo 31:3
Y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte.

Exodo 31:6
Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado.

1 Reyes 10:8
Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría.