Lo que en verdad contribuye más a darle sentido a la vida, lo que menos cuesta y más vale, es una grata sonrisa.

Contiene bondad y cortesía mezcladas con amor humano.
Vale más que un millón de dólares y no cuesta ni un centavo.

Por eso recuerda que la distancia más corta entre dos personas en una sonrisa, atrévete y sonríele a la vida, es tu carta de presentación.