“Cada año es como una tierra prometida que fluye leche y miel. Puede ser que el pasado año nos dejó marcas en las manos y en los pies.  Esas marcas solo nos recuerdan que el camino difícil nos enseñó a valorar los desafíos divinos, Los regalos diarios y las noches oscuras que nos llevaron a esperar en Él. Ahora es el tiempo de poseer la tierra que está delante de nosotros”. Serafín Contreras G.

«Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.  Yo os he entregado, tal como lo dije a Moisés, todos los lugares que pisen las plantas de vuestros pies”. Josué 1:2,3