“Estoy imitando a Jacob quien se llamó a si mismo siervo de su hermano Esaú?, En realidad se llamó siervo solo por temor, pero en realidad de corazón no estaba sintiendo ni siendo un siervo.  Debo hoy ser cuidadoso de no llamarme a mi mismo un siervo, sino más bien ser un siervo.  Jacob se llamó así mismo siervo por temor a Esaú, pero no fue sino hasta que tuvo su experiencia de luchar con Dios que vino realmente a ser siervo, un siervo verdadero.  Si necesito una experiencia como la tuvo Jacob para llegar a ser realmente un siervo, necesito  estar dispuesto”.

“Y diréis también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros. Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro; quizá le seré acepto”. Génesis 32:20.