Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postro ante El, diciendo: Señor, si quieres puedes limpiarme. Mateo. 8:1, 2

Lepra: Enfermedad infecciosa producida por el bacilo de Hansen. No obstante haber sido una enfermedad endémica en el Oriente, es muy dudoso que las diversas enfermedades que la Biblia menciona como lepra sean la misma y específica enfermedad que hoy conocemos con este nombre. La enfermedad bíblica que causa el emblanquecimiento y deterioro de la piel, por ejemplo, es la que hoy conocemos como soriasis. Además, desde el punto de vista médico, en la Biblia se torna más confuso el concepto sobre la enfermedad de la lepra, por cuanto el término hebreo TsaraŒ> ath, que se traduce lepra, significa igualmente “castigo de Dios”…recordemos que los leprosos en la historia del Antiguo Testamento eran considerados como inmundos por causa de su enfermedad, y no solo eso, sino que eran enviados fuera de la ciudad, a lugares de refugio, era parte de la ley, que ellos no podían convivir entre la población supuestamente sana.

Hay dos actitudes dignas de ser imitadas que podemos observar en la historia de nuestro hermano en Cristo, llamado en el evangelio de Mateo como un Leproso …Primero se postro ante Jesús, fue humilde, reconoció su divinidad, y Segundo, preguntó, fue respetuoso a lo que La respuesta inmediata de Jesús fue, Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció!  Y esta es la misma respuesta que Jesús sigue dándole a cada uno de los hijos de Dios que tienen esta actitud de humillación y respeto delante de su presencia…Pero hoy en día, el problema no es si Jesús quiere limpiarme, sino, si yo quiero ser limpio.

¿Has sentido alguna vez que necesitas una limpieza, en tu boca, en tu corazón, o en tu alma, departe de Dios, aún sabiendo que Cristo esáa en tu corazón?…a eso se le llama, pasión por la santidad.

El profeta Isaías, cuando se enfrentó a la presencia del Dios vivo,

Experimentó un fuerte temor por su condición, no vino para creerse a sí mismo que por ser un instrumento de Dios, no necesitaba ser purificado…Isaías 6:5-7 Entonces dije !Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, El Señor de los ejércitos……Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado…cuanto más nos exponemos a la santidad del Señor, mas experimentaremos la necesidad de ser purificados.

Por supuesto que hoy no necesitamos un serafín que venga con un carbón encendido y que toque nuestros labios…porque nuestro Señor Jesucristo a través de su sangre nos ha limpiado de toda maldad…pero es de suma importancia saber que nuestras oraciones pueden estar siendo estorbadas a causa de pecados no confesados, o de nuestra ignorancia al acercarnos delante del trono del Señor con un corazón no arrepentido o consiente de sus faltas….1ª. De Juan 1.6, 7 dice, si decimos que tenemos comunión con el, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como el esta en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado….jamás debemos de olvidar que su sangre sacrificial es el agente para la limpieza, el perdón y la redención, no nuestras obras.

Probablemente tu problema no sea la evidente lepra en tu cuerpo, pero quizá, hay una lepra mayor dentro de tu corazón…y para eso, ahí está el mismo Jesús, el de ayer, hoy y siempre…dispuesto a sanar, limpiar y purificar a todo aquel que pregunte con humildad y respeto…Señor, si quieres puedes limpiarme? puedes liberarme? Puedes transformarme, cualquiera que sea tu necesidad…No seamos ligeros para contestar, leamos la Biblia, cuanto más leemos podemos vernos como en un espejo, y ver cuanta necesidad tenemos de ser transformados para su gloria, deberemos de permitir que nos examine el Espíritu Santo, solo de esta manera podremos avanzar, crecer y madurar para ser instrumentos útiles aquí en la tierra…Proverbios  6:16  dice; Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma…leamos su Palabra, ahí encontraremos sabiduría y verdad, para poder aprender día a día a ser limpios de toda lepra en nuestro corazón.

Querido amigo, querida amiga, como siempre dos opciones, o caminas asumiendo que no necesitas tu sanidad, o te detienes, te postras y preguntas, Señor, si quieres puedes limpiarme. Tú decides.

 Semillas de Vida

Elsa de Morán

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