Salgamos A Tiempo De La Oficina

El trabajo es un proceso que nunca termina; nunca se puede terminar todo el trabajo.

Los intereses de un cliente no son más importantes que los de tu familia.

Si fallamos en la vida, nuestro jefe o cliente no serán las personas que nos ofrecerán una ayuda, pero nuestra familia ó un amigo sí lo harán.

La vida no significa llegar a la oficina, volver a casa y dormir.  Hay más en la vida; necesitamos tiempo para socializar, hacer ejercicio y relajarnos.  No hagamos que nuestra vida carezca de sentido.

Una persona que se encuentra en la oficina hasta tarde no es una persona muy trabajadora.  Es sólo una persona que no sabe cómo administrar el trabajo dentro del tiempo estipulado.  Además de que se está perdiendo mucho al carecer de vida personal o social.

No estudiamos y luchamos para acabar siendo sólo una máquina.

Si salimos a tiempo de la oficina experimentaremos mayor productividad, una buena vida social y buenas relaciones familiares.  Si hacemos lo contrario, no sólo tendremos menor productividad sino también nos quedaremos sin vida social y sin vida familiar.

Enviado por René Irigoyen y editado por el Capellán

Para muchos de los que leamos el pensamiento de hoy, nos pondrá a pensar seriamente en la manera en que estamos llevando adelante nuestras vidas.  Y es que la extrema competitividad del mundo occidental moderno nos lleva a querer superarnos no sólo a nosotros mismos sino a quienes nos rodean y para lograrlo, muchas veces caemos en la adicción al trabajo.

Si bien también hay otras causales para que alguien caiga en esa terrible trampa, lo cierto es que, sin importar lo que nos lleve a pasar más tiempo de la cuenta en el trabajo, ello nos llevará a perder mucho de lo que Dios diseñó para que disfrutásemos.  Tal vez necesitemos hacer ajustes importantes en cuanto a esto y no sepamos cómo hacerlo sin dar al traste con nuestra vida completa… entonces, ¿por qué no tomar un tiempo para adorar y buscar la dirección del Salvador?  Estoy más que seguro que no sólo saldremos refrescados de ese tiempo de adoración corporativa sino que obtendremos guía del Señor para enfrentar este y otros desafíos.  Adelante y que el Señor les bendiga.

Raúl Irigoyen

El Pensamiento Del Capellán.