“Amargura es resentimiento sin resolver. Perdida de perdón.  Lamentamos el ayer y no disfrutamos del presente mientras enturbiamos las aguas del futuro. De todo eso tenemos que convertirnos.  Hemos divido los pecados en pecados elegantes y pecados de bajo calibre, cuando pecado es pecado delante de Dios.  Nuestros pecados que nos dominan son los mismos pecados que han hundido a nuestra nación pero en mayor escala. Es por eso que Dios nos confronta y nos pide conversión”.

Serafín Contreras G.
Números 14:19,20 .