Cuando joven, me enseñaron a ser bondadoso con los demás.  Me costó aún una tunda hasta que un día lo grabé en mi corazón.  Y hasta este día, nunca olvidé mis lecciones: que la bondad es una de mis más grandes propósitos en la vida.

Entonces fui enseñado a no escuchar y mantenerme alejado de quienes nos desalientan.  Nunca peleemos con aquellos que nos lastiman ó intentan pelear con nosotros… alejémonos en silencio.  Pudieran llamarnos cobardes ó un “no guerrero”.  Entonces pregunté por que debiéramos alejarnos y sin embargo todos los días se me dice que debo ser valiente.

Se me dijo que un ángel no pelea.  Es sabio nunca sacar nuestra espada y atacar a aquellos que están en nuestro camino; tengamos calma y hallaremos paz; seamos sabios y veremos más allá de lo pasará.

Recordemos que hay muchas clases de guerreros entre nosotros:

  • Hay guerreros que invaden a otros porque no son sabios… los llamamos hienas.

 

  • Hay guerreros impulsados por sus sentimientos… los llamamos víboras.

 

  • Hay guerreros que dedican sus vidas a la sabiduría para ser humildes y hallar paz (aún en la guerra)… los llamamos ángeles.

Entonces se me preguntó: “Has sido bendecido con gran valor y todo lo demás que acompaña a un guerrero.  ¿Qué clase de guerrero eres… una hiena, una víbora ó un ángel?

Yo dije: “un ángel”.

Entonces se me dijo que tratara a todos los demás y a todas las cosas con quienes nos topamos en nuestro camino con esa actitud.  Seamos inquebrantables, humildes, y siempre veamos a los demás con los ojos del amor y seremos más fuertes que cualquier guerrero que haya caminado sobre la faz de la tierra.

Kiplimo Chemirmir, Kenya, copyright 2011
Fuente: www.motivateus.com

No cabe duda que todos tenemos que tomar decisiones diariamente que habrán de determinar qué tipo de legado dejamos una vez partamos de aquí.  Si lo que nos interesa es simplemente promovernos a nosotros mismos, tan pronto hayamos partido, otros tomarán nuestro lugar y nuestro recuerdo se disipará rápidamente como la huella que deja la mano en un balde lleno de agua al ser sacada.  Sin embargo, si abrazamos nuestra vocación de servir a los demás y ayudarles a salir adelante, aún idos, nuestro recuerdo seguirá inspirando a otros a hacer lo mismo.  ¿Qué decidiremos?  Adelante y que Dios les bendiga.

Raúl Irigoyen
El Pensamiento Del Capellán