Willie tenía una buena causas para juzgar a su padre. Su padre y su madre habían sido novios en la adolescencia y se casaron a los dieciocho años de edad. Pero luego su papá abandonó a su mamá, cuando se enteró que ella estaba embarazada, y Willie no lo conoció hasta 19 años más tarde.

Dijo: Estaba ansioso pero nervioso de conocer a mi padre. No sabía qué esperar. lo que descubrí fue una persona amable, amorosa, sincera, que en realidad se preocupaba por mí. Él y yo hablamos durante largo rato. Comencé a entender las razones por las que había huido. Aprendí mucho acerca de la vida y de mí mismo en esa conversación.  Nunca abrigué rencor contra él.

…Mi padre tenía razones para huir. No sería justo comparar su vida con la mía. Sería como comparar el béisbol con el fútbol. Simplemente acepté a mi padre tal cual era en realidad.

Sí, Willie Strangell, un jugador estrella que jugó veinte años para los Piratas de Pittsburgh, tenía buenas razones para criticar a su padre, al cual no vio en toda su niñez… pero no lo hizo.

Tal vez crea que tiene buenas razones para criticar a otro… ¿pero existe una buena razón lo suficientemente buena?

Mateo 7:1,2
No juzguéis, para que no seáis juzgados.
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados
y con la medida con que medís, os será medido.