Con lo rayos del sol de un nuevo día, veo unos rostros tranquilos, seguros de su descanso y que en sus mejillas podía ver el color de vida que tienen sus corazones, al verlas en sus camas a mis tres hijas, me dije: “¿Cuál de ella se parecerá mas a mí o a él?” Entonces me entró ese deseo de que el tiempo pase volando y poder verlas jovencitas. Pero, después dije :

“¿Cuáles, serán los anhelos en sus pequeños corazones?”. Y todas mis inquietudes las entregué a Dios, pidiendo que mis hijas sean:

  • Las que un día, te busquen para agradecerte por todo lo ocurrido.
  • Las que puedan llevar cargas y entregártelas a ti.
  • Las que solo busquen tu dirección y hacer tu divina voluntad.
  • Las que cuando caigan puedan levantarse sin quejarse.
  • Las que con su mirada, reflejen tu amor y bondad.
  • Las que te sirvan con su trabajo, en agradecimiento.
  • Las que puedan seguir tus pasos, bajo tus consejos.
  • Las que con su ayuda incondicional se ganen la confianza de los demás.
  • Las que con sus obras ganen el respeto de los que les rodean.
  • Las que con su sonrisa lleven alegría y demuestren gratitud.
  • Las que con sus labios hablen de bondad y misericordia.
  • Las que con sus hechos dejen huellas ejemplares.
  • Las que edifiquen sus casas con sabiduría.
  • Las que ANHELEN que en sus hijos, se cumpla lo mismo que yo pido.

Clara Maldonado

El mejor regalo que le podamos dar a nuestras hijas e hijos, es una oración sincera pidiendo a Dios que el propósito divino se cumpla en sus vidas.

Ahora, Dios mío, te ruego que tus ojos se mantengan abiertos, y atentos tus oídos a las oraciones que se eleven en este lugar. 2 Crónicas 6:40

Los ojos del Señor están sobre los justos,y sus oídos, atentos a sus oraciones. Salmo 34:15

El Señor se mantiene lejos de los impíos,pero escucha las oraciones de los justos. Proverbios 15:29