“Dios no deja desamparada a aquella mujer que ha tenido que hacerle frente a la vida sola con sus hijos y puede contar con la compañía de Dios y el fortalecimiento del Espíritu Santo.

En Dios tenemos la gran fortaleza para los vendavales de la vida”.

Serafín Contreras G

Isaías 54:4  No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez.

Salmos 46:1  Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.