“No dejes nunca que el alma se pierda en la oscuridad pues Jesús te da la calma rescatándote de la oculta vanidad. Permite que hoy su Gloria disipe la sombra gris, desintegrando la vanagloria que te impide ser feliz.
Un día veras su rostro sin sombra ni oscuridad y dirás: “Ante ti me postro por toda la eternidad”. Serafín Contreras G.