La palabra “Navidad” proviene del latín “Nativitas” (Nativitatis), del verbo “Nascior”, cuyo significado es “Nacer”. “Nascior”, a su vez, se genera en la raíz indoeuropea “Gnascior”, que tiene parentezco con la palabra “Gens” (de “Gentis” y en el griego “Gignomai”). En las lenguas romances, la palabra surge del adjetivo latino “Natalis” o “Natale”, que inicialmente significa “Fiesta”. Algunos ejemplos de este legado son: en italiano “Natale”; en lengua Catalán: “Nadal” y en Frances: “Noel”.

La Navidad es una fiesta. Un momento de celebración sublime, ya que se trata de un “nacimiento”. Cuando ingresas a Jesús en tu corazón, estás teniendo una “Navidad”; un momento para festejar con entusiasmo tu propio “renacimiento”. Esta es la verdadera Navidad en ti; la intención propia de encender la luz interior y expandirla, honrándola en cada acto que tu realices.

“No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (Lucas 2: 10 y 11).

Lic. Daniel Fernando Peiró
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