Delante de la cruz los ojos míos,

quédenseme, Señor, así mirando,

y, sin ellos quererlo, estén llorando

porque pecaron mucho y están fríos.

Y estos labios que dicen mis desvíos

quédenseme, Señor, así cantando,

y, sin ellos quererlo, estén orando

porque pecaron mucho y son impíos.

Y así con la mirada en vos prendida,

y así con la palabra prisionera,

como la carne a vuestra cruz asida,

Quédenseme, Señor, el alma entera,

y así clavada en vuestra cruz mi vida,

Señor, así, cuando queráis, me muera.

Rafael Sánchez Mazas.

Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 1 Corintios 1:18

Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Galatas 6:14.

Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Efesios 2:16.