La intransigencia es la incapacidad de ceder en algún aspecto de la vida con el propósito de solucionar una disputa o una diferencia. Es una actitud inflexible que no acepta otros puntos de vista.

Hay muchos matrimonios en los que al menos uno de los miembros tiene una actitud en alguna medida intransigente. Cuando se da esa actitud, la comunicación tiende a bloquearse, generando un enfriamiento en la relación.

La intransigencia no solo afecta la comunicación, sino que genera contiendas y problemas de difícil solución justamente por causa de la actitud intransigente.
Por ejemplo si hay temas que no se pueden tratar en el matrimonio porque son temas que van a producir contienda, esos temas son parte de una actitud intransigente.

Si no se resuelven esos temas y se llega a un acuerdo, la actitud intransigente puede provocar un rompimiento del matrimonio.

Todos los seres humanos tenemos algunas áreas en las que somos en alguna medida intransigentes, y eso tiene que ver con conceptos y criterios formados en nuestra mente por las creencias de la familia donde nos desarrollamos. También tiene mucha influencia el temperamento.

Las personas con temperamento colérico son personas que manifiestan generalmente en su vida adulta, una actitud intransigente.
La actitud intransigente o cerrada, le pone límites a las personas y no pueden desarrollar toda su capacidad, debido a que no se abren a otras alternativas y posibilidades para hacer las cosas.

Es una actitud soberbia, egoísta y orgullosa que se fortalece con la debilidad espiritual de las personas.
Que podemos hacer para vencer la intransigencia?. Lo primero es reconocer que sufrimos de esta enfermedad emocional en alguna medida y que debemos hacer algo para cambiar.

Es necesario identificar si esa actitud viene de creencias que adquirimos en nuestra etapa de formación y entender que lo que nos enseñaron, no es una verdad absoluta, sino simplemente una manera de ver las cosas.
También es de vital importancia crecer y fortalecer la vida espiritual como hábito de vida, ya que la lectura de la palabra de Dios, la oración y la asistencia regular a una Iglesia de sana doctrina, provocan el fortalecimiento del amor, la humildad y la paciencia, elementos fundamentales para desechar actitudes intransigentes.

Efesios 4:2-3 Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

Si sufres de esta enfermedad, toma la decisión hoy mismo de fortalecer tu vida espiritual y buscar ayuda apropiada para vencer esa actitud y convertirte en la persona que Dios quiere que seas y que tu familia necesita.
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

Luis y Hannia Fernandez
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