Hay pequeños ojos que te observan, y lo hacen día y noche;

Hay pequeños oídos que pronto reciben cada palabra que expresas;

Hay pequeñas manos que anhelan ansiosamente hacer todo lo que haces.

Y un pequeño niño que sueña con el día cuando llegue a ser como tú.

Tú eres el ídolo del pequeño, eres el más sabio entre los sabios.

Y de ti nunca se levantan sospechas en su pequeña mente.

Devotamente cree en ti, y cree todo lo que dices y haces.

Y cuando crezca como tú, dirá y hará las cosas igual que tú.

Hay un pequeñín de ojos atentos que siempre cree que tienes la razón.

Y sus oídos están siempre atentos, y día y noche te observa.

Y en todo lo que cada día haces, dejas el ejemplo.

Al pequeño niño que espera un día crecer, y ser igual que tú.

Los hijos creen en sus padres y desean ser igual a ellos, son las personas más importantes en sus vidas. Por el resto de sus vidas recordarán el ejemplo que les hayan dado. Disfruten el tiempo que pasan junto a sus hijos y nietos. Es uno de los más grandes regalos que puedan obsequiarles.

Salmo 128: 5-6
Bendígate Jehová… todos los días de tu vida… y veas a los hijos de tus hijos.