De un panal se derramó su deliciosa miel, y las moscas acudieron ansiosas a devorarla.

Y era tan dulce que no podían dejarla.

Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo.

Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron: “¡Nos morimos, desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer!”

Toma siempre las cosas más bellas de tu vida con serenidad, poco a poco, para que las disfrutes plenamente.

No te vayas a ahogar dentro de ellas.

Fábula de Esopo

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Quién se deja guiar tan sólo por sus gustos, pudiera desbocarse en una vida de vaivenes y fluctuaciones de ánimo.

Más bien, necesitamos, precisamente ahora que nos preparamos para ingresar a un nuevo año, meditar y tratar de dirigir nuestras vidas a alinearse más y más con los planes de Dios.

De esa manera, aunque enfrentemos pruebas y algún descalabro, sabremos que vamos en la dirección correcta… camino a bendición (tanto personal como compartida con otros).

Vamos, vamos, no seamos como las moscas… aprendamos de la fábula de hoy.

Adelante y que el Señor les bendiga.

Raúl Irigoyen

‘Y he dicho: Os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que mana leche y miel.'” Exodo 3:17.

De los labios de la adúltera fluye miel;su lengua es más suave que el aceite. Proverbios 5:3.