“No hay nada que se compare a las riquezas de tener hijos.

Cuántas personas darían la mitad de sus bienes por escuchar el llanto de un bebé nacido de sus entrañas?

Solo Dios puede darnos los hijos.

Y no nos los da como una carga, como un castigo, pero como un favor y como una bendición”.

Serafín Contreras G.

Salmos 127:3-4  Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud.