rossieruis.jpg  No todos aprenden la lección de asumir la responsabilidad por sus acciones.

Una de las historias más inusuales que he encontrado acerca de alguien en la supercarretera del fracaso es la de Rosie Ruiz.

En 1980, fue la primera mujer en cruzar la meta en el maratón de Boston con el tercer mejor tiempo jamás logrado por una mujer. Pero desde el momento que ella terminó la carrera, la gente empezó a sospechar de su «victoria».

La persona más afectada fue Jacqueline Gareau.

Aunque no era favorita para ganar, la Gareau se había entrenado durante tres años. Durante el curso de la carrera, había estado al frente de todo el grupo de mujeres. Parecía que la victoria sería suya. Pero cuando faltaba aproximadamente una milla para llegar a la meta, otra mujer apareció de repente sobrepasándola. Y esa otra mujer, la Ruiz, llegó antes que ella y fue declarada la ganadora.

Inmediatamente se produjo una conmoción.

«Yo sabía que algo olía mal», dijo Bill Rodgers, el ganador entre los hombres. Y agregó que la Ruiz tenía demasiada grasa y no tenía suficientes músculos para ser una corredora de distancia. Y sobre todo eso, en la meta no se veía fatigada, no sudaba y cuando la entrevistaron, usó un lenguaje poco afín con la terminología de los corredores.

Las autoridades de la carrera entraron en sospechas y empezaron a investigar.

Encontraron que la Ruis había calificado para el maratón de Boston tras haber obtenido una puntuación fraudulenta en el maratón de Nueva York.

Supusieron que en la carrera de Boston, la Ruiz había saltado dentro del grupo de corredoras a una milla de la meta, sin sospechar que lo había hecho en el grupo que iba a la cabeza.

La Asociación Atlética de Boston la descalificó y, una semana más tarde, dieron la medalla de ganadora a la Gareau.

Lo más sorprendente es que años después, aún la Ruis sigue sin aprender de su error. En una carrera de diez kilómetros en la ciudad de Miami, la Gareau vio a la Ruis y trató de hablar con ella para aclarar las cosas. La Gareau recuerda que le dijo: «¿Por qué hizo lo de Boston?» Y ella le respondió: «Yo gané la carrera». La Gareau concluye diciendo: «No hay forma de tener una conversación con ella».

Dos años después de su aparición en el maratón de Boston, la Ruis fue arrestada y acusada de robar a su empleador dinero efectivo y cheques.

Un año más tarde fue detenida tratando de vender dos kilos de cocaína a un policía encubierto.

Como dijo Sir Josiah Stamp: «Es fácil evadir nuestras responsabilidades, pero no podemos evadirnos de las consecuencias de nuestras responsabilidades».

David Goldman, «Shocking, Lurid and True!», Biography, abril de 1998, p. 14.
Maxwell, John C.: El Lado Positivo Del Fracaso; Failing Forward. Thomas Nelson, Inc., 2000; 2003, S. 70

La vida es una siembre y se cosecha junto lo que hemos sembrado, tarde o temprano, necesitamos asumir la responsabilidad o las consecuencias.

Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto. Exodo 23:10

El que sembrare iniquidad, iniquidad segará, Y la vara de su insolencia se quebrará. Proverbios 22:8