“Lo intenté muchas veces y no pude.

Solté mis brazos sin fuerzas, mi mente vagó en confusión.

Lo escuché a él hablando a mi espíritu.

Su voz dulce y directa me sacudió.

“Intentémoslo otra vez… pero juntos”.

Desperté de mi sueño de desaliento para verlo hacer el milagro”.

Serafin Contreras G.

Lucas 5:5  Respondiendo Simón, le dijo: —Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; pero en tu palabra echaré la red. Cuando lo hicieron, recogieron tal cantidad de peces que su red se rompía.