Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. —Romanos 6.23 .

La mayoría de las personas piensan en la muerte como en el fin de la vida física de alguien, cuando él o ella dejan de respirar y cuando la función del cerebro se ha detenido completamente.  Un concepto físico de la muerte como éste, hace que sea difícil entender muchos versículos de la Biblia porque no están hablando del cese de la vida, sino de su distorsión.

La muerte tiene un significado mucho más fundamental y espiritual. La muerte le quita a las personas las experiencias de la vida que de otra forma habrían disfrutado en el plan original de Dios, y les quita las relaciones personales que han tenido. La muerte le roba a las personas su vínculo con otros y con el futuro que les estaba destinado.  Cuando la muerte entró al mundo a través del pecado, provocó que Adán y Eva perdieran el futuro que Dios les tenía destinado (sin trabajar en el jardín) y su cercanía con Dios.

La vida eterna no sólo es vida que continúa por siempre y para siempre. Más bien, es la vida sin la muerte, vida que nunca sufre la pérdida de la relación con Dios o del futuro que Él ordenó. Será vida en la que nada falte, en la que nada esté mal. En otras palabras, será la vida que Dios siempre planeó para nosotros: llena de gozo, satisfacción, realización y más que nada, la relación entre Él y nosotros completamente restaurada y afianzada. 

Por esta razón, la Biblia define la vida eterna en términos de la relación personal con el Señor…

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. —JUAN17:3
…¿y por qué la vida eterna está en Jesús? Porque sólo en Él tenemos el perdón de pecados y la liberación de todos los residuos de maldad (muerte): Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. —1 JUAN5:11-12

La versión de Hollywood de la maldad hará que corramos de miedo. Una verdadera comprensión de la maldad nos motivará a intervenir y a hacer algo para ponerle fin al sufrimiento que está creando. Una película de horror no hace otra cosa que hacernos saltar en la oscuridad; un documental de niños que se mueren de hambre en Uganda nos mueve a compasión y a la acción.

Hollywood señala un ajo y una cruz sostenida en la mano para defenderse y echar fuera la maldad; Dios señala vinagre y las manos de Su Hijo en la cruz para destruirla de una vez por todas: “¡Consumado es! (Juan 19:30). Las dos versiones de maldad casi nada tienen en común.

Hoy… La Vida planeada por Dios para mi se abre en invitación eterna y resplandeciente.

Señor, Gracias por darme la vida. Por darme la vida, ahora la sombra de la muerte pierde su tenebroso legado y se abre ante mi la esperanza de la eternidad. Amén.

Dr. Daniel A. Brown.
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