“Envía tu luz y tu verdad; estas me guiarán, me conducirán a tu santo monte y a tus moradas”.  Salmo 43:3

El leer la Biblia también es como sostener un espejo frente a nosotros. Nos va a devolver una imagen exacta de nuestra apariencia, y nos ayudará con algunas cosas que no podemos ver a simple vista.
Sin un espejo, nadie puede ver la parte de atrás de su cabeza para saber si los mechones de su cabello están acomodados o fuera de su lugar. Las fallas y las necesidades de nuestra alma pueden quedarse sin ser detectadas y sin respuesta si sólo las percibimos de forma natural.

La Palabra de Dios tiene una forma milagrosa de traer a la luz las cosas escondidas en nuestro corazón. No sólo podemos contemplar verdades maravillosas del Señor en el espejo de Su Palabra, sino que también podemos ver algunas no-muy-maravillosas realidades de nuestra vida.  La promesa asombrosa del Señor es que Él nunca llama nuestra atención a las áreas quebrantadas o pecaminosas de nuestra vida sólo para informarnos respecto a ellas, sino que envía Su palabra intencionalmente para sanarnos y liberarnos.

A medida que los días avanzan, te serán recordados versículos y frases de la Biblia que te alerten respecto a lo que Dios esté diciendo.

De hecho, la Palabra de Dios que viene a tu mente es una de las formas principales en las que el Señor te guiará. El descubrir la voluntad de Dios para tu vida, el ser guiado por el Espíritu, el oír la voz de Dios, el ministrar a otras personas, el resistir la tentación, y cada uno de los demás aspectos de tu diario caminar con el Señor, se desarrollan mayormente como resultado de pasar tiempo leyendo la Biblia.

Recuerda siempre, sin embargo, que no se logra crecimiento espiritual, como una medalla al mérito, como resultado de hacer algo para Dios (como esforzarse mucho para cumplir con el estudio de la Biblia requerido).

La intención de Dios, en cuanto a la lectura de Su Palabra, nunca fue que se convirtiera en una obligación legalista que nosotros tuviéramos que cumplir. Más bien, la Biblia es una de las herramientas multipropósitos más útiles para comprender mejor al Señor y Su forma de hacer las cosas. La Biblia introducirá en tu vida tanta bendición como la que le permitas.

Durante los tiempos de lectura bíblica, cuando te sientas bajo convicción o advertido respecto a alguna área de tu mente o de tu corazón que no esté de acuerdo con los caminos de Dios, intenta hacer dos cosas:
1. Medita en el (los) versículo(s) durante varios días. Repítelo en tu mente, piensa en él, busca alguna conexión con acontecimientos de tu vida o con otros patrones de tu pensamiento. Pídele a Jesús que te enseñe con Su Palabra y que te abra los ojos a lo que Él está diciéndote.
2. Busca versículos similares y busca más patrones y conexiones. Usa las referencias recíprocas en tu Biblia o una concordancia para descubrir todos los consejos de Dios relacionados con los temas específicos que Él quiere que observes.

Hoy..Se que la luz de la Palabra me rodeará para alejar las sombras de mi vida.

Señor, Gracias te doy porque tu luz es expresada en tu Palabra . Gracias por enviarla a mi corazón. Amén.

Dr. Daniel A. Brown.
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