Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre! — Gálatas 4:6.

Hay tres porciones de las Escrituras que hablan del Espíritu Santo como una prenda del Señor. Otra traducción para “prenda” es “pago adelantado”. Un pago adelantado consiste en esto: “Voy a comprar esta propiedad; toma esto en depósito hasta que recibas el pago completo cuando regrese con el resto del dinero”.

Tener al Espíritu en nuestro espíritu es la mejor garantía que podríamos tener del interés y los planes fundamentales de Dios para nosotros. Algunas de las traducciones antiguas de la Biblia en inglés se refieren al Espíritu Santo como al “Fantasma” Santo,  Holy Ghost, un término que sólo ha provocado que Él parezca misterioso y que dé un poco de miedo, especialmente porque no se habla de Él tanto como del Padre y del Hijo.
Es el menos conocido de la Trinidad porque constantemente nos está llevando al Padre y al Hijo, exactamente como Jesús nos lleva al Padre . Su obra y Su voz son con las que más estás familiarizado, aun cuando el Espíritu habla las palabras y hace las obras del Padre en  tu vida.  

Lo que Jesús sabía lo tomó del Padre y lo compartió con Sus discípulos. Él no enseñó cosas que se le ocurrieron por Su cuenta. De la misma manera, el Espíritu trabaja en, y a través de nosotros de acuerdo con lo que Él ve y oye de Dios. “No hablará por Su propia cuenta” (Juan 16:13).

Como aprenderás en tu diario caminar con el Señor, el secreto para el verdadero ministerio es hacer y decir lo que el Espíritu nos impulsa a hacer, en lugar de sólo hacer y decir cualquier cosa que pensemos por nuestra cuenta.
Una de las asignaciones principales del Espíritu Santo es asegurar nuestra conexión con nuestro Padre Celestial, convencernos de que Él es nuestro Padre  y que le pertenecemos.

Por el poder del Espíritu, nosotros somos transformados de sólo carne y sangre a seres espirituales, avivados y con una relación personal duradera con el Señor. Jesús dice que los individuos deben nacer de nuevo, “nacer del Espíritu”, o no pueden entrar en el reino de Dios. A causa de que el Espíritu está tan íntegramente enlazado a una relación con Dios, aquellos que no conocen ni reciben al Señor no pueden recibir al Espíritu.

Él es un total extraño para las personas que afirman estar “cerca de Dios” sin recibir a Jesús en su corazón. Sin el Espíritu Santo, no podemos estar “relacionados” con Dios, nuestro Padre. La adopción se completa sólo cuando el Espíritu hace Su residencia en el espíritu de una persona.

Hoy… El Espíritu Santo vive en mí y hará su obra clara y definida de llevarme al Padre.

Señor, Gracias por darme la presencia de tu Santo Espíritu en mi. Ayúdame a ser obediente a su voz y dejarme dirigir por él. Amén.

Dr. Daniel A. Brown.
Disfrute Tu Diario Vivir