“Esta mañana me mire al espejo para transformar mi cara soñolienta en una despierta y activa, de un cabello despeinado a uno preparado para una buena imagen. Pero,  entendí que cada día necesito mirarme también en el espejo de la palabra de Dios para ser transformado ya no físicamente, sino espiritualmente y así  ser trasformado a la misma imagen de él”. Serafín Contreras G.

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen; como por el Espíritu del Señor.” II Corintios 3:18