Si quieres tener un año nuevo agradable, antes, haz que sea agradable a los que te rodean!

Desde la perspectiva de Dios nuestro diseñador y Creador su respuesta a nuestro anhelo de tener un mejor año nuevo, más bendecido, más prospero, más lleno de paz, de amor, de gozo y de fe; es que procuremos dar primero lo mismo que anhelamos.

Mt 7:12: Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, pues esto es la Ley y los Profetas.
Mt 22:36-40: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la Ley?  Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y grande mandamiento.

Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.

Es evidente que los mandamientos de Dios se resumen en el trato que tenemos con los demás. O sea que nuestra primera misión en la vida, es procurar el bienestar de los que nos rodean como la más sublime muestra de obediencia y amor a Dios.

Para lograr la meta de hacerle la vida mejor a los que están a nuestro lado, definitivamente tenemos que tomar la decisión de ceder a nuestras actitudes egoístas y orgullosas. Tenemos que decidir ser más tolerantes, no quejarnos tanto, y  valorar todas las bendiciones que ya tenemos.

El anhelo de buscar nuestra propia felicidad por nosotros mismos generalmente conduce a una actitud egoísta que ignora inconscientemente las necesidades de otras personas a nuestro alrededor. Y es precisamente esa inconsciencia la que nos engaña y nos hace creer que estamos haciendo lo correcto. Es necesario ejercitar la empatía para poder discernir nuestra actitud egoísta.

No vamos a poder cambiar nuestra actitud si antes no reconocemos que si hemos sido egoístas en la misma medida que hemos juzgado y criticado a otros. Después de reconocerlo, debemos iniciar una cuidadosa campaña de empatía, haciéndonos una pregunta clave cada día y de cada persona que nos rodea. Porque habrá actuado así? Cuando te preguntas la razón de las acciones de otra persona, estás comenzando a pensar empáticamente y vas a encontrar respuestas que te ayudarán a tratar a esa persona más tolerantemente.

Si la familia es lo más importante en nuestras vidas, debemos comenzar a practicar la empatía con nuestra esposa (o), con nuestros hijos, padres, hermanos, familia, compañeros de trabajo, vecinos, en ese estricto orden. Si logramos crecer en nuestra actitud empática, daremos un paso muy importante en nuestra madurez para alcanzar la meta de amar a nuestro prójimo y procurar su bienestar.

Toma la decisión hoy mismo para comenzar un año nuevo lleno de esperanza, esforzándote por hacerle la vida agradable a tu cónyuge y a tu familia en primer lugar y luego a todas las personas a tu alrededor. Recuerda también que todo lo que siembres, en algún momento, eso mismo recogerás y en abundancia.

Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

Luis y Hannia Fernandez
Ministerio Libres para Amar
www.libresparaamar.org
[email protected]