“Estoy en deuda con todos, sean cultos o incultos (los Griegos y los Bárbaros), instruidos o ignorantes”. Romanos 1.14

Sin duda alguna en la mente de Pablo, el le debía algo a cada persona en este planeta. Esta es una obligación bastante grande que él está dispuesto a aceptar. Pablo pudo haberse sentido de esta manera por varias razones.

Tal vez él se sentía de esta manera porque en un punto de su vida, vivió persiguiendo a los cristianos. Tal vez se sentía de esta manera porque guió a mucha gente a descarriarse a causa de su juicio errado. Obviamente, él tuvo una opinión sumamente fuerte y era apasionado en su búsqueda de destruir la iglesia, tanto así que tendría sentido que él haya influenciado a que mucha gente se haya sentido de la misma manera.

Tal vez  sentía una deuda con el mundo por lo que había recibido de parte de Dios, en la forma de Gracia, misericordia, salvación, perdón, relación y propósito. ¿Quien sabe el punto o el origen absoluto de su profundo endeudamiento? Pero sabemos que lo siente y que esta viviendo su vida buscando pagarla.

Esta es una perspectiva tan diferente a la de la mayoría de las personas, o por lo menos de muchas personas. Nos miramos al espejo y nos vemos a nosotros mismos. Y por el resto el día, esa es la única persona que vemos.

Sentimos que el mundo nos debe a nosotros. A menudo sentimos que merecemos recibir de los que nos rodean. Decimos, “Vivo para mí, porque nadie velará por mí”.

He visitado varios países que han salido de tiempos difíciles de hambre bajo el comunismo. Tiempos en los que la comida era traída a las plazas de cada pueblo, por camiones, y si la gente no lograba llegar al frente de la multitud, simplemente no comerían. Y ahora, después de que el  comunismo se ha ido, la gente en esos países aun pelea por llegar al frente de la línea, porque quien sabe cuando se acabarán las provisiones. El sentimiento es tomar todo lo que se pueda, cuando pueda y de quien pueda.

Ahora bien, hay países en el mundo, lugares que por generaciones han tenido provisiones abundantes, que estan experimentando tiempos difíciles. Me temo que empezaremos a dirigirnos hacia el camino de “yo primero”. Y una vez que empecemos a ir por ese camino, será difícil regresar del mismo.

Pablo dice, “Estoy aquí para todos los demás”.

Oro para que podamos aprender a poner a los demás primero. Que nos sintamos endeudados con dar, que sintamos el deber de no ser egoístas y que podamos ver que tenemos una deuda por pagar.

Si acaso, que nos sintamos de esta manera, por todo lo que se nos ha dado. Se nos ha dado mucho por la mano de Dios y el amor de Cristo. No trate de agarrar más para tener más.

Mientras más obtenga, más tendrá que dar. Mientras más reciba, más grande se convierte su deuda, su deber y su obligación con los que le rodean.

Estamos ciertamente endeudados con Dios y la humanidad.

Robert VanDer Meer

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