“Nuestros ojos se posan solo en él.

Eso es deleitarse.

Cuando yo me deleito en el Señor mis deseos son desplazados y él pone sus deseos en mi y entonces y solo entonces se conceden los deseos del corazón que ya no son mis deseos sino los deseos de aquél en quien me deleito”.

Serafín Contreras G.

Salmos 37:4 Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.

Salmos 43:3-4  Envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen a tu monte santo, que me lleven al lugar donde tú habitas.Llegaré entonces al altar de Dios, del Dios de mi alegría y mi deleite, y allí, oh Dios, mi Dios, te alabaré al son del arpa.

Job 22:26  En el Todopoderoso te deleitarás; ante Dios levantarás tu rostro.