Dándole honor a la esposa como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas. (1 Pedro 3:7)

No Sean Estorbadas – Pedro concluye éste versículo con un pensamiento que debería hacer que todo hombre cristiano se siente bien. Dice que así como existe un propósito (“igualmente”), también existe una meta.

La estrategia que presenta Pedro para las esposas se repite. En ambos casos, la meta es intensamente personal. Para las esposas cristianas, es la redención de sus esposos incrédulos. Para los esposos cristianos, es para que vuestras oraciones no sean estorbadas.

La meta de conceder honor y actuar según conocimiento dentro del matrimonio es para que tus oraciones no sean ekkkoptesthai (literalmente “cortadas”). La imagen aquí es la de cortar una rama de un árbol. Contiene un recuerdo claro de la analogía de Jesús sobre la viña y los pámpanos. El resultado de “cortar” es dejar una rama incapaz de producir fruto. La frase dice literalmente “que tu ofrenda de oración no sean cortadas.”

¡Que palabras más sorprendentes! Pedro dice que la armonía marital, la cual es la responsabilidad del esposo, tiene un efecto directo en la efectividad en la oración. Hay un dicho, “feliz esposa, vida dichosa.” Pero según Pedro, hay más en juego que la vida en este mundo. “La honra a la esposa produce una vida espiritual efectiva.”

¡Escuchen muchachos! Pedro nos da una ley espiritual de la vida que es indiscutible. Si no cumples con tus responsabilidades hacia tu esposa, tendrás oraciones de globos de plomo. No tienes que visitar al consejero matrimonial para ésta. Solo pregúntate, “¿Cómo está mi vida de oración?” “¿Siento las vibraciones de Dios? ¿Veo Sus victorias? ¿Se moldea mi corazón a Su carácter? ¿Soy capaz de acercarme clara y confiadamente a Su trono?”

Conoces muy bien las respuestas sin necesidad de tomar un curso en dinámicas espirituales. Pedro te la da clara – hombre a hombre. Si has sido negligente en la sumisión mutua, si no haces todo lo que puedes por comprenderla, si no has visto el poder en su debilidad, si niegas la igualdad en la herencia, si no entregas la gracia de vida, entonces tu tendrás dificultades con Dios. No vengas con la excusa que tu eres la cabeza del hogar. ¡Olvida eso! Si no tratas a tu esposa según estos principios del comentario de la Tora, no tendrás casa que encabezar.

Así que revisa el diagnostico. Solo tomará un segundo para que pruebes tu valor como esposo. ¿Cómo está tu vida de oración? Corto y dulce. No hay como evadirlo. Como hombre cristiano, ¡tú eres responsable! Eso quiere decir ser la cabeza de la casa. No es sobre tu autoridad. Es sobre tu responsabilidad. Eres el primero en la lista de personas responsables. Tienes el privilegio divino de ser a quién Dios examina primero. ¿Y ahora como se siente ser la cabeza?

Suficiente por hoy. Hay un límite a lo que el hombre puede soportar.

Dr. Skip Moen
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