Devocional Diario – “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará: Gálatas 6:7

La mayoría de la gente en este mundo tiene miedo al fracaso. De hecho compañías de seguro o programas de jubilación envían cuestionarios para averiguar que inversiones riesgosas estamos teniendo.

Los pensamientos de las bolsas de valores de tener un viernes negro es cada vez más fuerte. En mi vida diaria, las decisiones o elecciones que yo haga hoy, estarán estrechamente ligadas con mis sentimientos o pensamientos acerca del fracaso.  Cuando un sembrador esparce su semilla en el terreno, quiere estar seguro que tales semillas no se perderán más redundarán en semillas de fruto abundante. Una siembra que se multiplique maravillosamente.

Si conectamos estos ejemplos al crecimiento y vida de la iglesia, entenderemos que es necesario  que sembremos muchas semillas del evangelio en muchos corazones.  La mejor siembra es la siembra espiritual.

He pensado últimamente que hemos sido bombardeados con estos versículos que hablan de la siembra y de la cosecha solo para hablar de dinero, pero en este día se que no sólo es aplicable al dinero, sino a las diferentes áreas de la vida.  Hoy quiero pensar en el valor de la siembra espiritual.  delicados-sembrar23b

Si yo siembro la semilla del evangelio en un amigo, familiar o vecino , un día esa semilla germinará -.  Un día una señora a quién yo no  conocía sembró la semilla de la fe en mi corazón siendo un adolescente. Ella me regalo una Biblia me dijo: Léela, porque este libro te guiará en tu camino de joven.  Esa semilla unos meses más tarde dio su fruto en una conversión.

Hoy quiero entender el principio de siembra en términos de la siembra espiritual en un corazón hambriento.

En este día entiendo que una de mis labores principales en la vida es sembrar semillas.  Este pensamiento es simple.   Hoy sembraré semillas de fe y esperanza y del crecimiento se encarga Dios.  Es el Señor quién envía el Espíritu Santo para que haga germinar la semilla.

Mi única labor es sembrar y regar y el crecimiento de la vida la dará el Señor.  Sé que los corazones están hambrientos de Dios y cuando existe hambre el terreno del corazón se encuentra ampliamente preparado.  Todo lo que el hombre sembrare eso también segará.

Hoy quiero sembrar la semilla del evangelio en un corazón dispuesto y un día  cosecharé esa semilla.

Gracias Señor por este principio de la semilla.  Sembrar una semilla de fe y esperanza en un corazón hambriento es una de las más grandes experiencias que le has dado a tus hijos.

Hoy quiero sembrar esa semilla en un corazón hambriento.  Señor, como un sembrador de tu palabra te pido que me des sabiduría para entender cuales son los corazones que están listos y abiertos para responder a la semilla del evangelio de la paz. Amén.

Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

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