La Gracia de Dios – “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Cristo sea manifestado”  I Pedro 1: 13.

Un día mientras caminaba por un grande campo noté que ese campo no lo habían trabajado lo suficiente y el zacate estaba muy largo.  Pensé para mis adentros y dije:  Si ese campo fuera ahora mío quizá tampoco yo lo cortaría porque eso exige demasiado trabajo , mucho tiempo y mucho dinero para arreglarlo.  Pero, cuando dije eso, inmediatamente llegó a mi mente el pensamiento de que la mayoría de las cosas que hacemos en la vida exige inversión, tiempo y paciencia.  Para terminar un largo proyecto tal como cortar y preparar un gran campo, pintar de una casa o construir una iglesia requiere esfuerzo día a día para ir terminando paso por paso las etapas de ese proyecto.

Pablo habla acerca de competir en los juegos y lo compara con la vida cristiana y nos dice que eso exige esfuerzo y entrenamiento.  Cada día, como creyente, necesito al igual que el atleta entrenar cada día. Así como el cuerpo del atleta a través del entrenamiento se vuelve más y más fuerte, con mi entrenamiento espiritual mi alma se torna más y más fuerte.

Si hoy salgo victorioso sobre el pecado y los problemas de la vida, eso exigirá de mi más y más entrenamiento espiritual para estar más capacitado para la próxima batalla.  Hoy necesito mantener  las disciplinas personales y espirituales vivas.  El éxito en la vida cristiana viene por la disposición al sacrificio cuando esto es necesario para alcanzar las metas.

Un creyente no crecerá en su relación con el Señor sin metas diarias personales. Metas de amar y servir al Señor más efectivamente.  Crecer en unidad con Cristo requiere el proceso de entender la mente de Cristo y seguir su liderazgo en nuestras vidas.  Si hoy quiero ser exitoso en mi caminar con el Señor, necesito evaluar mi condición espiritual por las pequeñas victorias que Dios me permite tener.  Debo guardar mi mente para que no se concentre en lo temporal lo cual se  destiñe.

El Apóstol Pedro me dice hoy que debo ceñir los lomos de mi entendimiento, sed sobrios y esperar por completo en la gracia de Dios y en ello voy a concentrarme en este día.  Hoy quiero recordar  que la fama terrenal es corta y rápidamente desaparece.

Hoy quiero esperar por completo en tu gracia Señor y entender que la misma vida me exige entrega, dedicación diligencia y constancia para alcanzar la metas que están por delante de mí.  Sé que eres mi abrigo y mi refugio y las fuerzas que necesito para seguir adelante solo vienen de ti.  Hoy quiero ceñir los lomos de mi entendimiento y ser sobrio mientras espero en tu gracia. Amén.

Dr. Serafín Contreras Galeano.
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