La semana pasada vi a Allan, quien fuese mi compañero de secundaria.  Allan tiene un caso severo de parálisis cerebral, se encuentra discapacitado en una silla de ruedas.  Gracias a Dios, su mente está lúcida.  Tenía muchos problemas moviéndose de una clase a otra.  Nuestro colegio era muy antiguo, con muchos pisos y muchas escaleras.

Habían pasado casi treinta años desde la última vez que lo vi… nada ha cambiado, es todavía el mismo.  Siempre tan lúcido como entonces, con la misma vibrante sonrisa en el rostro.  Y pareciera ajustarse a las circunstancias ya que lo estaban subiendo a un auto cuando lo vi.

Cuando voy por la carretera montando bicicleta o practicando otro deporte, pienso en gente como Allan.  Cuán afortunados somos en tener salud y poder utilizar nuestros cuerpos.  Ellos fallan cuando no los usamos, cuando no comemos adecuadamente.

El ejercicio mejora nuestro estado anímico; la actividad física estimula varios químicos en el cerebro que nos dejan sintiendo más felices y relajados que antes de ejercitarnos.  También nos veremos y sentiremos mejor cuando nos ejercitamos regularmente, lo que puede aumentar nuestra confianza y mejorar nuestra auto-estima.

La actividad física regular puede aún ayudar a prevenir la depresión.  El ejercicio combate las enfermedades crónicas.  La actividad física regular puede ayudarnos a prevenir ó manejar la hipertensión y disminuir la acumulación de placa en las arterias.

Y hay más.  La actividad física regular puede ayudarnos a prevenir la diabetes tipo 2, la osteoporosis y ciertos tipos de cáncer.  Se dice que cuando uno se ejercita la probabilidad de tener cáncer de mamas disminuye en un 60%.   ¿Por qué no habría uno de ejercitarse?  Me molesta ver a la gente perdérselo.

Dios creó este hermoso cuerpo lleno de músculo y detalles y no lo usamos… ¡qué pecado!  Va de la mano; la gente no es feliz en su vida y sin embargo no hace nada para corregirlo.

Viven en su propia disfunción creyendo que necesitan hacerlo y que debieran hacer algo más con sus vidas.  Bueno, ¿cuándo habrá de pasar esto?  ¿Cuándo ocurrirá?  Nosotros decidimos; sólo tenemos esta vida.  Si esperamos que pase, entonces preparémonos para una espera larga y oscura.

A diferencia de Allan podemos ejercitarnos en muchas maneras en las que él no pudiera.  Nunca debiésemos dar aquello por sentado.  Hoy es el día… ese haz de luz.

Miles Patrick Yohnke, copyright 2010
Fuente: www.AsAManThinketh.net

La historia de hoy me hizo meditar profundamente en el poco uso que le doy regularmente a mi cuerpo en cuanto al ejercicio.  Y es probable que la mayoría de Uds., al igual que yo, llevemos una vida demasiado sedentaria.

El punto de la narración es que hay personas que están imposibilitadas de utilizar sus cuerpos a plenitud mientras que muchos de nosotros, que disfrutamos de la posibilidad de hacerlo, decidimos simplemente no hacerlo… un desperdicio de oportunidades dadas por Dios.  Bueno, ojala que después de leer el pensamiento de hoy, tomemos un tiempito para dar aunque sea una caminata por el barrio.  Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.

Raúl Irigoyen
El Pensamiento Del Capellán