“Cuando las cosas cambian, los corazones se estremecen. Cada vez que me informan que cambiaran al jefe, me pregunto que si ese cambio me afectará. Cuando cambian los profesores o los gobernantes, el pueblo y los estudiantes se preguntan y ahora qué.   Pero Dios no cambia. Primero él es el único y no hay otro, de manera que nunca recibiré una noticia que Dios fue cambiado por otro y en segundo lugar además de que él es el único….nunca recibiré la noticia que él ha cambiado de parecer. Porque él nunca cambia es que él dice: Porque nunca cambio, por eso no habéis sido consumidos”.  Serafín Contreras G.