“Aunque somos llamados a construir puentes, no siempre ellos se finalizan. Para que un puente se construya se necesita participación, aceptación y construcción del mismo por las dos orillas. Dios construyó el puente de la salvación en el Calvario, pero hasta que no lo aceptemos humildemente, el puente no podrá funcionar como tal”. Serafín Contreras G.