“Ningún avivamiento es posible sin la nutrición de la palabra de Dios.  Un avivamiento centrado solo en señales y milagros o en  experiencias emotivas o sobrenaturales pero sin la base sustentadora de la Palabra de Dios no es verdadero avivamiento.  I Pedro 2:2 me declara que la Palabra de Dios es esencial para la vida del creyente, es como leche para el recién nacido y como carne para el adulto.  Esa palabra sustenta”. Serafín Contreras G.