ACTITUD EXPECTANTE

La actitud es uno de los ingredientes más importantes al determinar el éxito ó falta de este para toda la gente. La gente exitosa tiene una cosa en común: una actitud expectante del éxito.

La mayoría de la gente comienza cada mañana en neutral y reacciona a los eventos del día. Podemos ser uno de los exitosos en la vida comenzando cada día con una actitud positiva, gratitud por las oportunidades que tenemos y una expectación de lo mejor para nosotros.

La gente tiende a vivir de acuerdo a sus expectativas. Sacamos de la vida lo que le metemos. Nuestro ambiente se torna en un espejo de nuestro espíritu, nuestra actitud y expectativas. Si mantenemos una gran actitud, obtendremos grandes resultados. De tener una actitud mediocre, alcanzaremos resultados mediocres y de tener una pobre actitud, lograremos pobres resultados.

El mundo nos regresará lo que esperábamos así que, esperemos lo mejor. No estemos a la defensiva ni dudemos. Nada cambia a menos que nosotros lo hagamos. Antes de que podamos hacer algo, tenemos que ser algo. Sepamos que somos valiosos; mostrémoselo al mundo.

Tratemos a todos con quienes entremos en contacto como si fuesen la persona más importante del momento. Edificará la auto estima… ¡sonriamos! Seremos recompensados con una sonrisa de vuelta. No reaccionemos a la descortesía. Perdonemos a todos los que nos lastimen y entonces, perdonémonos a nosotros mismos.

Mantengámonos saludables; ejercitémonos. Mantengamos una dieta apropiada. Irradiemos una actitud de confianza.

Desarrollemos estos buenos hábitos y nuestra expectativa será recompensada con éxitos. Esta actitud nos colocará en ese grupo de personas genuinamente exitosas porque sabremos y comprenderemos cómo una actitud expectante mejora cada aspecto de nuestra vida.

Que Dios nos bendiga con una actitud expectante cada día de nuestra vida.

Bob Stoess, copyright 2012
Fuente: www.motivateus.com

No cabe duda que mucho de lo que vivimos es producto de nuestras propias escogencias… aunque siempre habrá quien le eche la culpa a las circunstancias o a los demás. Y nuestras escogencias siempre estarán basadas en nuestras actitudes ante la vida.

Cuando nuestra actitud ante la vida es pobre y derrotista, podemos darnos cuenta de que el futuro que nos aguarda no es nada halagüeño. Pero esa actitud negativa es en realidad producto del rechazo de Dios y Su palabra que nos promete varias cosas a los que nos acercamos a Él y ponemos en Él nuestra esperanza: que Sus misericordias son nuevas cada mañana, que Él siempre estará con nosotros hasta el fin, y que a los que le aman, todas las cosas habrán de resultar para bien.

Si bien ninguna de estas promesas implica la ausencia de crisis y dificultades, sí afirman que Dios ha preparado cosas maravillosas para cada día de nuestra vida… y que lo mejor de nuestras vidas siempre está por delante.

Aprovechemos para adorar al Salvador, permitirle que afirme Su palabra en nosotros.

Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.

Raúl Irigoyen
El Pensamiento Del Capellán